La dermatología estética ha avanzado enormemente en los últimos años, ofreciendo soluciones efectivas y seguras para quienes desean prevenir el envejecimiento o mejorar el aspecto de su piel. Entre los tratamientos más populares están el ácido hialurónico, los bioestimuladores y la toxina botulínica (Bótox). Según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), los procedimientos no quirúrgicos crecieron un 23% en el último año, y entre los más populares están el ácido hialurónico, los bioestimuladores y el Botox. Cada uno tiene beneficios específicos y complementarios que los convierten en aliados ideales para una piel saludable y rejuvenecida. A continuación, te ampliamos información de cada procedimiento.
Ácido Hialurónico: Hidratación y Volumen Natural
El ácido Hialurónico es una sustancia que producen de forma natural las células de tu piel. Y es en parte la responsable del aspecto firme y luminoso en los primeros 25 años de vida. A medida que transcurren los años, la concentración de esta y otras sustancias se disminuye generando líneas de expresión, flacidez y pérdida de la luminosidad de la piel.
La aplicación del ácido hialurónico directamente en la piel nos permite mejorar estos aspectos y prevenir o tratar el envejecimiento de la piel.
El efecto del ácido hialurónico en términos de duración y potencia depende de qué tipo de producto se aplique. Existen productos con ácido hialurónico no reticulado, que se inyectan solo para mejorar la luminosidad o la hidratación de la piel, y pueden tener una duración aproximada de 4 a 6 meses. Hay otros productos con ácido hialurónico reticulado de mayor consistencia, que pueden ser aplicados con el objetivo de rellenar algunos surcos o líneas de expresión, y otros que sirven para dar soporte al óvalo facial, y de esta manera disminuir líneas de expresión más fuertes como los surcos nasogenianos, las ojeras y el jawl (líneas de marioneta). Estos últimos tienen duración de hasta 12 meses en algunos pacientes.
De tal manera que, en cada caso, se elegirá un producto distinto, según las necesidades de cada paciente, el tipo de piel, el tipo de envejecimiento y las características particulares de su expresión facial.
Cuando se aplica ácido hialurónico, es muy importante que el paciente siga ciertas recomendaciones, como, por ejemplo, no masajear la zona de aplicación, no aplicar compresas frías ni calientes, y evitar el ejercicio intenso durante un par de días. Además, debe tener siempre un control a las tres a cuatro semanas, para evaluar el efecto final del producto.
Bioestimuladores: Renovación desde el Interior
Estos productos están diseñados, para estimular a tus fibroblastos (que son un tipo de células de la piel) para que incrementen de forma natural la producción de Colágeno. El colágeno le proporciona a la piel sustento y firmeza, pero se va perdiendo con los años, y los fibroblastos van produciendo cada vez menos colágeno, y también se va disminuyendo la calidad de este colágeno.
EL mayor beneficio de los bioestimuladores es precisamente que la piel vuelva a generar redes de colágeno, con sus propios fibroblastos.
Esto se ve reflejado, en un aumento de la firmeza de la piel, disminución de la flacidez, mejoría de la textura, disminución de las arrugas finas, y en generar mejoría de la calidad de la piel.
En el mercado, existen varios bioestimuladores entre los que se cuentan el ácido L-Poliláctico, la Policaprolactona y la Hidroxiapatita de Calcio.
Aunque en términos generales los bioestimuladores tienen la misma función (estimular la producción de colágeno), la elección de cual usar en cada caso, depende de varios factores, entre ellos, la edad del paciente, la zona de aplicación, la cantidad de producto requerido, y por supuesto, la experiencia de cada dermatólogo con cada producto.
La aplicación de los bioestimuladores, se realiza por medio de pequeñas inyecciones, o con cánulas por debajo de la piel, y sus efectos no son inmediatos, sino progresivos, alcanzando un efecto máximo a los tres meses, pero dependiendo del producto, se pueden ver efectos progresivos entre seis meses a un año, después de la aplicación.
Los bioestimuladores no son rellenos, y son una excelente opción para pacientes que desean mejorar la calidad de su piel, sin el efecto de relleno que hoy en día muchos pacientes no desean.
Botox: Relajación Muscular para mejorar tu expresión facial
La toxina botulínica es una sustancia que existe hace más de 40 años, y aún hoy en día es una excelente opción para mejorar las líneas de expresión facial.
Su función principal es disminuir el movimiento de los músculos faciales para de esa manera evitar que la piel se marque y no se produzcan las arrugas.
El lugar de mayor aplicación sigue siendo el tercio superior de la cara, para el control de los músculos de la frente, el entrecejo y alrededor de los ojos (paticas de gallina)
Pero hoy en día también existen otros usos, como por ejemplo la aplicación alrededor de los labios, para mejorar la sonrisa gingival (que sucede a algunas personas que al sonreír tienen una exposición aumentada de sus encías), para mejorar las arrugas del mentón (celulitis del mentón), las arrugas del cuello (al aplicarla en algunos puntos del músculo platisma), para disminuir el bruxismo, para suavizar las líneas mandibulares que son muy fuertes en algunas personas, y también en otras localizaciones como en las axilas, para la sudoración excesiva (hiperhidrosis).
Este procedimiento se lleva a cabo a través de la inyección del producto en pequeñas cantidades, es un procedimiento seguro, relativamente rápido y su efecto inicia a los 15 días, tiene su mayor efecto al mes de aplicación, y desde ese momento, tiene una disminución lenta y progresiva hasta desaparecer completamente a los 4 a 6 meses, tiempo en el cual, si el paciente lo desea puede volverse a aplicar.
Recomiendo el uso de la toxina botulínica a partir de los 30 años, en todas las personas que deseen prevenir la aparición de líneas de expresión, y de ahí en adelante en cualquier paciente que ya tiene arrugas instauradas, pero desee controlarlas.
El Botox sigue siendo el tratamiento estético más popular, con más de 7.8 millones de procedimientos anuales en todo el mundo.
¿Qué tratamiento es mejor?
Cada tratamiento tiene indicaciones específicas y, en muchos casos, pueden combinarse para lograr resultados más completos. Combinar estos tratamientos puede mejorar la satisfacción de los pacientes en un 30% más, optimizando los resultados generales. Por ejemplo:
El ácido hialurónico puede rellenar áreas específicas, mientras el Botox suaviza líneas dinámicas y los bioestimuladores pueden mejorar la calidad de la piel, prolongando los resultados de otros tratamientos.
Como todo procedimiento médico, estos productos tienen beneficios, pero también riesgos, efectos adversos y potenciales complicaciones. El éxito del tratamiento depende de la elección adecuada de los productos, una técnica de aplicación adecuada, y el seguimiento de cada caso para detectar las complicaciones lo antes posible y tratarlas de la mejor manera.
Siempre, el diagnóstico personalizado por parte de un dermatólogo es esencial para diseñar un plan que se adapte a tus necesidades. ¡Agenda tu cita ya! Te espero en el consultorio.